Todos sabemos que hacer ejercicio es bueno para el cuerpo, pero ¿te has preguntado por qué es tan importante, especialmente cuando se trata de prevenir enfermedades crónicas? Diabetes, hipertensión y problemas del corazón son algunas de las condiciones que afectan a millones de personas en América Latina, pero aquí está la buena noticia: la actividad física puede ayudarte a evitarlas. No necesitas pasar horas en el gimnasio, ni correr maratones; lo más importante es moverte y hacerlo parte de tu día a día.
¿Qué pasa cuando te mueves?
Hacer ejercicio no solo te hace sentir más fuerte o más activo. De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), mantenerte físicamente activo mejora tu circulación, regula el azúcar en la sangre y fortalece tus articulaciones. Pero hay más: moverte de forma regular reduce el riesgo de enfermedades crónicas, como la diabetes tipo 2 o problemas cardiovasculares, que son cada vez más comunes en nuestra región.
La inactividad, por otro lado, puede convertirse en tu peor enemigo. Pasar demasiadas horas sentado aumenta el riesgo de subir de peso, desarrollar resistencia a la insulina y enfrentarte a complicaciones que podrían haberse prevenido con algo tan simple como una caminata diaria.
Los grandes beneficios de la actividad física
- Un corazón más fuerte
Cuando haces ejercicio, tu corazón se fortalece. Esto significa que puede bombear sangre de manera más eficiente, reduciendo la presión arterial y mejorando la circulación. Un estudio del Instituto Nacional de Salud Pública de México encontró que personas que se ejercitan regularmente tienen un 30% menos de riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares. - Menos riesgo de diabetes
Hacer ejercicio ayuda a que tu cuerpo use mejor la insulina, lo que estabiliza tus niveles de azúcar en la sangre. Esto es clave para prevenir la diabetes tipo 2 y evitar complicaciones como daño en los nervios o problemas renales. - Cuidar tu mente también es prevenir
El ejercicio no solo cuida tu cuerpo, también tu mente. Cuando te mueves, tu cerebro libera endorfinas que mejoran tu estado de ánimo y reducen el estrés. Esto es fundamental porque el estrés y la ansiedad a largo plazo también están relacionados con un mayor riesgo de enfermedades crónicas. - Prevención del cáncer
Aunque no lo creas, hacer ejercicio puede reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer, como el de colon y mama. Según la Sociedad Latinoamericana de Oncología Médica, esto ocurre porque el movimiento regula las hormonas y fortalece el sistema inmunológico, ayudándote a estar más protegido.
¿Cómo empezar?
No tienes que convertirte en atleta de un día para otro. Aquí tienes formas sencillas de incluir más movimiento en tu vida:
- Camina más: Media hora al día es suficiente para empezar a ver beneficios. Sal al parque o camina mientras haces llamadas.
- Baila: Pon tu canción favorita y disfruta del momento. Es divertido y un excelente ejercicio cardiovascular.
- Aprovecha tu rutina diaria: Usa las escaleras en lugar del elevador, o bájate un par de paradas antes si usas transporte público.
- Busca algo que te guste: El secreto para mantenerte activo está en encontrar una actividad que disfrutes, ya sea yoga, natación o jugar con tus hijos.
Lo más importante es empezar con algo pequeño y convertirlo en un hábito.
Conclusión: Muévete por tu salud
La actividad física es una de las mejores formas de prevenir enfermedades crónicas, pero también es importante saber cómo está tu cuerpo. Hacerte chequeos médicos regularmente te ayuda a entender tu estado de salud y tomar decisiones informadas.
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