A medida que envejecemos, cuidar nuestra salud se vuelve aún más importante, y uno de los factores clave para lograrlo es la alimentación. Comer de manera balanceada nos ayuda a mantener energía, mejorar la calidad de vida y prevenir enfermedades comunes en esta etapa de la vida. Aunque llevar una alimentación equilibrada es fundamental a cualquier edad, en la tercera edad es aún más vital. Aquí te contamos por qué.
Mantenerse fuerte y activo
Cuando pensamos en una dieta saludable, solemos imaginarnos la clásica “pirámide alimenticia”, pero en la tercera edad, los requerimientos nutricionales cambian un poco. El Instituto Nacional de Geriatría de México menciona que una dieta adecuada en personas mayores ayuda a conservar la masa muscular y fortalecer los huesos, previniendo problemas como la pérdida de fuerza o el riesgo de caídas y fracturasso, es fundamental incluir alimentos ricos en proteínas como pollo, pescado, huevo, y también fuentes de calcio como los lácteos y vegetales de hoja verde. Estos nutrientes ayudan a mantener el cuerpo fuerte, permitiendo que las personas mayores puedan moverse con mayor facilidad y mantener su independencia.
Apoyar al sistema inmune y prevenir enfermedades
Una buena alimentación también es clave para fortalecer el sistema inmune. Con la edad, el cuerpo puede volverse un poco más vulnerable a infecciones o enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión. El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) recomienda incluir frutas y verduras ricas en antioxidantes (como las fresas, las zanahorias y las espinacas) porque ayudan a proteger las células y mejorar las defensas del organismo .
Ademár un peso adecuado reduce el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y diabetes, problemas que suelen aumentar con la edad. Comer bien es, entonces, una herramienta poderosa para mantenernos sanos y protegernos.
Mejorar la digestión y el bienestar general
La digestión puede volverse un poco más lenta con los años, lo que puede causar molestias. Aquí es donde una dieta rica en fibra hace una gran diferencia. La fibra, que encontramos en alimentos como la avena, las frutas, las legumbres y los cereales integrales, ayuda a mantener una buena digestión y evita problemas comunes como el estreñimiento. Además, una digestión eficiente permite que el cuerpo absorba mejor los nutrientes, algo esencial para el bienestar general.
El agua también es clave: la Secretaría de Salud en México sugiere que las personas mayores tomen suficientes líquidos durante el día, ya que mantenerse hidratado mejora la digestión, previene la fatiga y contribuye al buen funcionamiento de todos los órganos .
¿Sabías que una buena alimentación también influye en el estado de ánimo y la memoria? Algunos estudios sugieren que ciertos nutrientes pueden ayudar a mantener el cerebro saludable y mejorar la memoria. Por ejemplo, los ácidos grasos omega-3, presentes en pescados como el salmón y el atún, ayudan a reducir el riesgo de problemas cognitivos. Además, consumir antioxidantes y vitaminas B (que se encuentran en granos enteros, carne magra y lácteos) puede ayudar a mejorar la concentración y el estado de ánimo.
La UNAM ha destacado que mantener una dieta rica en nutrientes esenciales ayuda a reducir el riesgo de depresión y demencia en personas mayores, haciendo que una buena alimentación sea clave no solo para la salud física, sino también para el bienestar mental .
Alimentarse bien en la tercera edad no se trata de seguir una dieta estricta, sino de hacer elecciones que ayuden al cuerpo a mantenerse fuerte, sano y activo. Incluir variedad de alimentos, mantenerse hidratado y cuidar las porciones es la clave para aprovechar todos los beneficios de una dieta equilibrada. Al final, la meta es disfrutar de esta etapa de la vida con la mejor salud posible.